En tiempos en que la palabra “crisis” es manipulada y desdoblada en tantas direcciones que ya no sabemos si lo real se vuelve metáfora o la metáfora se hace real; en un contexto en el que los proyectos políticos y sociales entran en una fase de reflexión y reconversión buscando dar cauce a las interrogantes que se plantean en torno a un nuevo mundo no tan nuevo; resulta necesario e impostergable el preguntarse una vez más por el rol del intelectual y de las ciencias sociales en un marco de múltiples emergencias dónde la relevancia de lo latinoamericano permanece aún como debate abierto. En el año del ALAS, en el año del Cordobazo, las ciencias sociales son responsables de movilizar un esqueleto que se debate entre lo nuevo y lo viejo. No caben aquí respuestas sordas, dogmas obtusos o las más enquistadas ortodoxias, se trata más bien de abrir el juego, de ampliar el debate, no catalogar ni clasificar, sino más bien de reflexionar sobre lo irracional y mezquino de un mundo que nos vende lo real como natural, donde el obsceno cariz de la mercancía inunda la mirada, convence al tacto, regodea al gusto y confunde al olfato. Denunciamos aquel mundo en busca del elefante, aquel gigante que entre sueño y sueño guía nuestra vigilia, esa instancia en la que lo real es denunciado como tal, pero igual suerte corren nuestros sueños. De eso se trata, de despertar, pero no olvidar.

Si bien esta clara la idea de la busqueda de argumentos racionales para ver si en definitiva hacemos del mundo algo racional y argumentativo, creo que es justamente esa imposibilidad de acceso a lo racional y argumentativo -que deberia caer por si mismo, por su propia fuerza explicativa y hasta creencial- lo que no sucede. Habrá que buscar sus causas en otros factores explicativos que vayan mas allá de lo racional concreto. Lo oculto del hombre y sus vinculaciones con el resto, lo contradictorio de la organizacion social, las tensiones que no acaban de romper una estructura u orden, la locura, las diferencias no aceptadas, lo inmundo del ser, lo vil del hombre, lo caotico... y aun lo bello que aun puede emanar... la resistencia, la esperanza y lo utopico aun a sabiendas de lo positivo y concreto y plausible de su imposibilidad en el hoy, la lucha interna, la conmocion, la emoción, el llanto, el "arte sentido" ante el "arte expresado" aun sin saber bien que es y que no es arte, la vida que sentimos (no que "sabemos") creemos que definen mejor al hombre, que en su busqueda inacabada por autodefinirse en conjunto términa diluyendo toda esa fuerza oculta en algo llamado "argumento"... para toda esa confusión... les dedicamos un ELEFANTE ROSA...

2 comentarios:

  1. aloha diego soy maru, me gusta mucho ese texto, es de tu autoría?

    podríamos publicarlo en el próximo número del elefante rosado si te parece

    bacci

    ResponderEliminar
  2. con la ilustración, por supuesto

    ResponderEliminar